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Meditación y gestalt

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La gestalt y la meditación tienen, desde mi punto de vista, diversos aspectos en común.
Una de las principales bases de la gestalt es la siguiente: "Aquí y ahora, me doy cuenta y me responsabilizo".

La meditación se basa en estar presente, en contacto con lo que hay aquí y ahora. Se trata de mantener la mente en el momento actual, no dejar que se vaya a recuerdos del pasado (que ya se ha ido), ni a expectativas o miedos sobre el futuro (que no ha llegado), sino de estar en el único tiempo que existe: el presente (aquí y ahora).

En relación al "me doy cuenta", el silencio y la escucha atenta de mi cuerpo, mi respiración, mis emociones, etc. durante la meditación, es un camino para darme cuenta de lo que me pasa. Trato de vaciar mi mente de pensamientos para dirigir mi atención conscientemente a la experiencia y estar en contacto con lo que hay; lo que siento y experimento en este momento. Cuando "me pillo" distraída con un pensamiento, lo dejo pasar, no me engancho ni me identifico con él, simplemente lo suelto y me vuelvo a centrar. Así es como surge la figura del observador, aquella que me permite sentir y darme cuenta sin juicio, sin expectativas, sin tratar de dirigir la experiencia y aceptando lo que es, lo que hay: si siento tensiones musculares, siento tensiones musculares, si siento tristeza, siento tristeza, etc. y está bien así, simplemente porque es lo que me pasa en éste momento.

Tal y como yo lo vivo, la meditación es también una forma de responsabilizarme de lo que me pasa ya que, al darme cuenta y estar en contacto con lo que me sucede, de alguna forma, me estoy haciendo cargo de ello, dándole espacio y experimentándolo en lugar de negarlo, enfadarme o cualquier otra estrategia que trate de modificar lo que siento. También me hago cargo de lo que me pasa cuando siento dolor o tensión en alguna parte del cuerpo y le mando aire con mi respiración, de la misma manera que, cuando siento una emoción y me dejo impregnar por ella sin resistencias ni expectativas, siendo simplemente testigo de lo que me sucede, me estoy haciendo cargo de esa emoción y, habitualmente, por el mero hecho de darle espacio y prestarle atención, algo cambia.

La meditación es, para mí, como un vaciado de pensamientos que me permite estar en contacto conmigo (no con lo que quiero ser, ni con lo que creo que soy, sencillamente, con lo que Soy en ese momento). Es como ir pelando las capas de una cebolla hasta llegar al núcleo, sin máscaras ni etiquetas.

Desde mi experiencia, la meditación es una muy buena "herramienta" o, mejor dicho, práctica para incorporar y ahondar en los principios de la Gestalt, así como para poder vernos más nítidamente y conocernos con mayor profundidad y requiere de muy poca infraestructura: un cojín o banco, una vela o altar al que dirigirnos y ganas de reencontrarnos con nosotros mismos, así pues....A MEDITAR!

 

P.D. Os recomiendo el libro Biografía del Silencio de Pablo de Ors (Biblioteca de Ensayo Siruela), trata sobre su experiencia como practicante habitual de meditación y me ha resultado muy inspirador para mis sentadas.

 

Miriam Sans

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